Decoración

Nacimiento

El belén es una representación del nacimiento del niño Jesús en un portal entre paja, con su buey y su mula y rodeado por su madre, la virgen María, y San José. El origen de ésta costumbre se remonta al siglo XVIII cuando en algún lugar de Italia, los habitantes hicieron una representación viva de los acontecimientos. Después se empezaron a utilizar figuras de tamaños y materiales muy diversos, y se ha convertido en una tradición familiar.

Aparte de las creencias religiosas, hacer un belén con tu familia, en especial con los niños, es una experiencia muy bonita, momentos que generan recuerdos que perduran toda la vida. Para empezar sería apropiado comprar el material y preparar una zona para montar el belén, por ejemplo se puede hacer encima de un tablero de madera. Las figuras más bonitas son las de escayola y son fáciles de encontrar en época navideña, y en las tiendas de bellas artes casi en cualquier época del año. Además en ellas puedes comprar pinturas especiales para escayola y betún de judea que utilizaremos para envejecer las figuras. La idea es que poco a poco se pinten diferentes figuras ampliando así nuestro belén año tras año. Las figuras más importantes son las anteriormente mencionadas como cuadro principal del belén, después se hallan personajes igualmente conocidos como son los reyes magos, el ángel anunciador, los pastores que adoran al niño, la famosa figura del cagón y por supuesto la estrella de oriente. Para realizar la ambientación del belén se puede utilizar corteza de alcornoque para emular las montañas, arena o serrín para imitar la arena del desierto, papel de plata arrugado para representar el río, y el musgo se puede utilizar en pequeñas cantidades para imitar la vegetación de los montes.

nacimiento

Con un sencillo papel de color azul al que le podemos añadir estrellas tendremos la noche, es cierto que se puede comprar ya realizado, pero con eso nos perdemos el rato divertido de hacerlo nosotros entre todos. Una idea para que el belén quede más llamativo, es incluir algún tipo de iluminación, como es una tira de luces compuesta de pequeñas bombillas de colores. La situaríamos detrás de las cortezas, o detrás de algún edificio que hayamos incluido (un castillo lejano o la casa de un pastor) e inclusive en el propio portal emulando una lumbre (en éste caso existen unas bombillas específicas que consiguen el efecto deseado) consiguiendo que la iluminación se escape por los huecos y rendijas. Otra forma de hacer el Belén sería con plastilina, nos va a durar solo un año pero ocupa menos espacio y el montaje es menos engorroso. Igual que sucede con el belén tradicional, se pueden realizar las figuras con los niños, de una manera sencilla y esquemática. En el fondo ni el material ni el tamaño es importante, lo que verdaderamente importa es que con ello se consiga dar un punto más cálido al hogar.